Más de 200 jóvenes que viven en zonas de riesgo y que no creyeron que podían tener un trabajo, se graduarán este año como técnicos en la industria del plástico, gracias a la Fundación para el Desarrollo Integral de los Trabajadores de la Industria del Plástico, Fundeplast.
Esta institución, creada en 2012, ya formó y acreditó a más de 600 jóvenes a quienes no solo se les capacitó en esta industria, sino que además, se les abrió el camino para su primer empleo.
Este año hará lo mismo con jóvenes a quienes se les ha formado en el manejo de maquinaria especializada para la impresión, moldeo o extrusión del plástico, un producto para el que se requieren muchas habilidades, pero a las que lastimosamente no se accede con facilidad.
“Hemos recibido a jóvenes que no se creían capaces de hacer nada y les estamos cambiando la vida”, dijo Jairo Cortez, presidente de Fundeplast, quien esta semana recibirá el Premio Benefactor por parte de la Asociación Salvadoreña de Industriales (ASI).
Según Cortez, además de la carrera técnica, los jóvenes están recibiendo refuerzo de matemática, física, química e incluso, aptitudes blandas como trabajar en su autoestima pues muchos de ellos provienen de familias desintegradas o viven en zonas vulnerables en las que es muy difícil mantener sus estudios superiores.
La idea de esta fundación surgió de la organización que hizo Salvador Vairo, un empresario italiano que se radicó en El Salvador y que supo de las certificaciones de competencia que hacía el Instituto Salvadoreño de Formación Profesional (Insaforp). En principio Don Salvador reunió a entre 8 y 10 empresarios de la industria plástica y para mostrarles esta facilidad técnica, pero no sabía que también estaba fundando la gremial de plásticos, Asiplastic, que a su vez derivó en la Fundación.
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Más carreras
Y hay buenas noticias para el próximo año: se abrirán cinco nuevas carreras y además, se le dará a los estudiantes un estipendio de entre $3 y $5 para que compren su almuerzo y paguen sus pasajes del transporte público.
Todo esto se hará a través del programa Puentes para el Empleo, financiado con la Agencia de Cooperación de Estados Unidos, USAID. En total los fondos para este proyecto superan $1.7 millones que serán utilizados entre 2018 y 2019 para capacitarlos.
Además recibirán equipo complementario para que los estudiantes aprendan nuevas técnicas con las que puedan manejar el material.
De los 200 jóvenes que se están preparando, unas 48 son mujeres. Según Cortez, cada vez se van rompiendo esquemas y se motiva a otras chicas a sumarse a estas carreras técnicas.
Fundeplast ha alcanzado el 100% de empleabilidad, es decir que todos los jóvenes que se preparan con ellos se coloca, posteriormente, en una de las empresas de la asociación.
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Para encontrar a los jóvenes y sumarlos a estas actividades, la fundación hace alianzas con iglesias o las comunidades y los seleccionan de acuerdo a sus requisitos. Entre estos requerimientos están que haya terminado su bachillerato y que tengan entre 18 y 29 años.
Los jóvenes no tienen que pagar nada, pero sí deben comprometerse a seguir con sus estudios y ser constantes con su formación.
“Aquí vemos cómo cambia la vida de muchos jóvenes que no creían que podían superarse. Esto es lo más gratificante para nosotros”, afirmó Cortez.
Esta semana la Asociación Salvadoreña de Industriales le dará el premio Benefactor a la fundación, por su contribución con la juventud y su compromiso de formarlos no solo en aptitudes técnicas, sino también en valores.