El Salvador pasó de 4 millones de quintales de café a producir solo 800 mil

Los productores que aún se mantienen en el negocio luchan por devolverle la rentabilidad a esta industria, que alguna vez hizo florecer al país

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Lo que antes eran frondosos cafetales hoy son milpas. La fotografía fue tomada en un cantón del municipio de Chalchuapa, Santa Ana.

Por Karen Molina

04 June 2018

Atrás quedaron los años en los que El Salvador se destacó como uno de los mayores productores y proveedores de café del mundo.

En los últimos 38 años su cosecha ha pasado de más de 4 millones de quintales del grano oro uva a tan solo 800 mil, una reducción cercana al 76%, tomando en cuenta los datos históricos del Consejo Salvadoreño del Café.

Este año el Gobierno proyecta una cosecha de 905,00 quintales de café, pero que sigue sin superar el millón de quintales esperado.

Y no es de extrañarse. El parque cafetalero es cada vez más reducido. Las áreas cultivadas de café han disminuido considerablemente. Hasta 2010 (el último año en el que se le dio seguimiento estadístico a este tema) las áreas de café cultivadas eran unas 217,000 manzanas, pero ahora se estima que este número se ha reducido a 140,000 manzanas, tomando en cuenta que ahora se obtienen unos 5 quintales de café por manzana sembrada.

Los caficultores estiman que unas 77,000 manzanas de terreno se han perdido o tienen otros cultivos con una rentabilidad más inmediata como el maíz o el frijol.

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Y ¿porqué el café ya no es rentable para los caficultores? ¿Qué ha pasado en estos últimos años?

Juan Francisco de Sola, gerente general de UNEX (Unión de Exportadores de Café), asegura que los problemas de esta industria son multicausales. No solo ha afectado el precio del café a nivel internacional, que sube y baja de acuerdo a los vaivenes geopolíticos ligados a Estados Unidos.

También entran en juego aspectos tan básicos como la inversión en la siembra, el desarrollo de las variedades, las tecnología que se le pueda aplicar y otros aspectos técnicos, que no se han reforzado con políticas públicas a lo largo de los años.

“Los caficultores están sobreviviendo. Hay muchas causas que están afectando a la industria: el precio, la delincuencia, la situación financiera, la falta de institucionalidad”, añadió De Sola.

Por estas razones, muchos de los caficultores han cambiado a otros negocios. Hasta 2010 el censo agropecuario indicaba que habían más de 17,000 productores de café, pero desde que el instituto de investigación Procafé fue, prácticamente, desbaratado, ya no hay cifras exactas de los que invierten en este rubro.

“La mayor parte de las zonas de café están abandonadas. Muchos prefieren sembrar maíz, algo que les dé dinero mucho más rápido”, afirmó por su parte Eduardo Palomo, caficultor y organizador de la II Cumbre de Ciencias del Café que inicia esta semana.

Y es justamente esa producción la que quieren mantener durante este evento, organizado por 8 gremiales cafetaleras privadas.

“Lo que se necesita es renovar el parque cafetalero con variedades altamente productivas y que produzcan una buena taza”, agregó.

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Según Palomo, en los últimos años el país ha avanzado muchísimo en materia de comercialización del café. Han surgido muchas marcas y se le ha dado potencial a sus ventas en el exterior.

Sin embargo, le preocupa que nadie esté hablando de darle mantenimiento a las plantas del café, que son la esencia del negocio. “Sin producción no tuviéramos una taza de café en nuestra mesa o no lo pudiéramos vender al exterior”, afirma.

“Todo está enfocado en el consumo, pero hay mucho espacio para mejorar la producción. No hemos utilizado la investigación científica para que este negocio sea sostenible y rentable”, dijo por su parte Carlos Borgonovo, presidente de la Asociación de Beneficiadores de Café (Abecafé).

¿Plan estratégico?

El café salvadoreño es bueno y mucho se ha documentado sobre casos de éxito de cafetaleros que han vendido su producto a nivel internacional a un buen precio. Sin embargo, Borgonovo afirma que son esfuerzos aislados pues hasta la fecha no hay un plan estratégico que asegura la sostenibilidad y rentabilidad del sector en el largo plazo.

El Ministerio de Agricultura inició hace unas semanas la entrega de 18 millones de plantas de café con el fin de renovar unas 7,200 manzanas del parque cafetalero.

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En su columna de opinión el caficultor José Álvarez Prunera, afirma que “los cafetaleros debemos tener una sola brújula que nos lleve al destino de productividad para convertir nuestra actividad en un negocio rentable. La solución de la caficultura es la eficiencia y lograr darle un valor agregado”, afirma.

Álvarez afirma que el sector necesita urgentemente reglas claras, seguridad jurídica y personal, trámites sencillos para la producción y exportación y medidas temporales para bajar los costos de producción.