País solo creó 6,723 empleos formales en el último año

Cada año se calcula que la población que está buscando trabajo crece en 50 mil personas; pero la velocidad con que aumenta la creación de plazas no es suficiente para cubrir dicha demanda.

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Según la Encuesta de Hogares y Propósitos Múltiples, el 65.8 % de los hogares salvadoreños sufrió de sub empleo e inestabilidad laboral en 2017. Foto EDH / archivo

Por Vanessa Linares

02 March 2018

En El Salvador la Población Económicamente Activa (PEA), aquella que cada año se agrega al grupo de gente que trabaja o busca un empleo activamente en el país, crece más que los empleos formales que se generan.

Se calcula, basado en datos estadísticos de años anteriores, que anualmente son 50 mil personas, que tienen 16 años de edad o más, las que salen al mercado laboral a buscar un trabajo.

Sin embargo, las estadísticas del Instituto Salvadoreño del Seguro Social (ISSS) señalan que en 2014 el ISSS únicamente registró 5,009 cotizantes con empleo formal. En 2015 el Seguro Social registró 11,427 cotizantes, en 2016 alrededor de 13,223 y para 2017, hasta octubre pasado, apenas se habían creado 6,723 plazas de trabajo, todas cifras insuficientes para cubrir la demanda laboral.

 

 

La directora del Centro de Investigación y Estadísticas (CIE) de la Fundación Salvadoreña para el Desarrollo Económico y Social (Fusades), Margarita de Sanfeliú, lamentó que en el país las oportunidades de emplearse no aumenten en la misma proporción con que cada año se agregan personas a la fuerza laboral.

“Lo que más me preocupa es que no se están generando suficientes trabajos formales para poder absorber a todos los nuevos entrantes a la fuerza de trabajo. La PEA está creciendo mucho más rápido que lo que se está generando el empleo formal”, dijo Sanfeliú.

Fusades ha dicho con anterioridad que esta brecha laboral insatisfecha termina “ajustándose” a través de la inactividad, el empleo informal, el desempleo y la migración.

Población apta para trabajar

Los datos de la última Encuesta de Hogares y Propósitos Múltiples (EHPM) evidencian que en 2016, la población total salvadoreña era de más de 6.5 millones de personas, de las cuales el 72 %, equivalente a 4.7 millones de personas, tenían 16 años y más de edad que, de acuerdo con la realidad socioeconómica del país, se encuentran aptas para trabajar (PET).

De esos, el 62% o 2.9 millones trabaja o busca empleo activamente; mientras que 1.8 millones (37 %) se declaran como Población Económicamente Inactiva (PEI), puesto que ni tienen trabajo ni buscan.

La mayoría se dedica a labores domésticas (52.6 %) o a estudiar (20.7 %).

Así, la PEA, los que sí trabajan o buscan, también se divide entre aquellos que efectivamente se ocupan, ya sea que reciban o no alguna remuneración; y los desocupados, que representan a aquella porción de gente que el sistema económico no logra absorber.

En 2016, la relación entre los ocupados y desocupados fue de 93 % (2.7 millones de personas) versus 7 % (204,636).

Entonces, aunque los ocupados son mayoría, uno de los mayores problemas es que solo uno de cada tres se encuentra en el sector formal; esto es, cotizando a algún tipo de seguridad social.

 

 

Informalidad laboral sigue creciendo

“El desempleo en general no es tan alto porque los salvadoreños no nos quedamos con los brazos cruzados, nosotros nos rebuscamos en algo en qué ocuparnos. Lo que está creciendo mucho, más que el desempleo, es la informalidad”, advirtió la representante de Fusades.

Se estima que 1.9 millones de personas en El Salvador están ocupadas en el sector informal, un 70 % de los que, de alguna forma, trabajan.

Por otro lado, además de los que buscan y no encuentran, y los que están en la informalidad, también significan un gran peso en la calidad del trabajo aquellos empleados formales pero en condición vulnerable o con sub empleo.

Esta categoría incluye a aquellos trabajadores por cuenta propia y a los familiares auxiliares, porque ambos tienen menos probabilidades de estar en una situación de trabajo formal y, por lo tanto, poca o ninguna probabilidad de gozar de algunas ventajas propias del trabajo decente, como una cobertura de seguridad social adecuada o un salario mínimo.

El desempleo y la falta de oportunidades laborales plenas y de calidad son problemas a los cuales El Salvador sigue sin encontrar una solución concreta y sostenible.

El director de Asuntos Económicos de la Cámara de Comercio e Industria de El Salvador (CCIES), Mario Magaña, recordó que “en términos económicos, la falta de empleo es la principal queja de los ciudadanos”.

“Por ahora, la economía no está creando esas oportunidades. Hay una brecha laboral y eso tiene un costo porque lo que se está dando es fuga de capital humano, una pérdida para el país”, insistió Magaña.

La situación económica y la constante brecha laboral sugiere que, sin una política de atracción de inversiones, los espacios de empleo formal seguirán siendo insuficientes.