La Cámara de Comercio e Industria de El Salvador (Camarasal) exhortó este miércoles a los empresarios a tener una unidad granítica, para defender el sistema democrático y las libertades, ante las próximas elecciones.
El presidente de Camarasal, Javier Steiner, apuntó que hay sectores que quisieran ver al empresariado salvadoreño, y al país, económicamente postrados o doblegados ante el poder político. “Pero es imposible que una institución como esta, con más de un siglo de trayectoria, abandone sus objetivos y ceda ante las presiones temporales”..
Señaló que la historia ha demostrado que los salvadoreños rechazan las dictaduras, los imperialismos, el totalitarismo y cualquier sistema antidemocrático. “Pero para que podamos enrumbar de nuevo El Salvador por el camino del desarrollo, necesitamos tener una visión compartida de la clase de país en el que queremos vivir”, razonó.
Para Steiner, en el país no hay visión sobre qué sectores se deben priorizar, ni congruencia en hacer crecer a El Salvador, que se tengan reglas claras y que permita que los inversionistas se entusiasmen para venir a invertir”.
Retrasarán inversiones
La Camarasal también presentó, este miércoles por la mañana, un estudio que refleja que el 36.84 % de los empresarios retrasaron sus inversiones, debido a las elecciones de alcaldes y diputados del próximo 4 de marzo.
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En una encuesta anterior, realizada a finales de 2017, el 73 % de los encuestados había expresado su intención de invertir este año; sin embargo, ahora la decisión de retrasar inversiones es para observar si al negocio le conviene a raíz de la coyuntura política, explicó Steiner. “Este nuevo resultado refleja la desconfianza que genera una de las ofertas políticas que es antidemocrática y antiempresarial. Si no existieran propuestas como modificar la Constitución (y otras parecidas) los eventos electorales no produjeran este efecto en los empresarios”, dijo el ejecutivo.
Un obstáculo para crecer, dijeron los empresarios, es la inseguridad, además de ser un bloqueo para atraer inversión nacional y extranjera, lo cual califican como una deuda política.