La luz solar abastece el 60% de energía a la casa de Cristina Posada

Su proyección es instalar más paneles y así inyectar el excedente de la energía a la red eléctrica pública.

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Cristina asegura que instalar paneles solares en una casa no es complicado.

Por Magdalena Reyes

19 February 2018

Es un sueño que inició hace 20 años, informándose de la naciente tecnología de paneles solares en el extranjero, pero hace siete años Cristina Posada logró instalar el primero de ellos en su casa.

“Para mi era como un milagro hecho vida, el tener energía propia”, relata.

Ahora tiene nueve paneles solares que abastecen entre el 40% y el 60% de su requerimiento energético.

Cuando comenzó la instalación en su casa tuvo que adquirir un crédito para importar directamente el primer panel.

Convirtió el techo de su casa en una terraza plana con espacio suficiente para continuar ampliando la instalación a 21 paneles, lo que convertirá su vivienda 100 % autosuficiente.

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Para Cristina es curioso ver que, cuando ocurre un apagón general, todos los demás hogares se quedan a oscuras mientras su casa permanece iluminada.

Para Posada, el principal beneficio que destaca de estos paneles solares es la reducción del costo por consumo energético, luego ampliar su conocimiento sobre el funcionamiento y mantenimiento de la tecnología de los paneles solares.

“Es algo sencillo, práctico y fácil, pero a veces por el desconocimiento nos da miedo adquirirlos, en realidad hay que estudiar y ver cómo en otros países la gente se abastece así”, manifiesta.

Comenta que se tienen que vencer las dudas sobre los costos y su mantenimiento y darse cuenta que es algo sencillo.

Posada ahora no solo piensa en hacer su casa autosostenible, sino además, vender el excedente de su generación a las distribuidoras locales.

“Acá tenemos sol casi los 365 días del año, lo que nos permite generar energía para que la casa se abastezca las 24 horas”, afirma.

En su casa además hay un estanque con peces que requieren de oxigenación del agua a diario, aires acondicionados, lavadora, secadora y demás electrodomésticos que se alimentan de energía solar.

Cristina es una amante de la sostenibilidad ambiental. Su casa también está equipada con dos maquinas generadoras de agua potable a partir de la humedad del aire.

Además en el interior de la casa tiene filtros de ozono para aire que son muy eficientes para remover olores y microorganismos, ácaros, bacterias, moho, con lo cual generan frescura en el ambiente.

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Todo este equipo requiere alimentarse de energía eléctrica y trabajan con la generada por los paneles solares.

También cuenta con un calentador solar de agua.

Entre sus proyecciones está hacer un sistema de riego que le permita abastecer su huerto casero.

“Es importante pensar en lo bonito que es El Salvador y cómo avanzar con la ecología. Hay que buscar formas de energía y de sobrevivir sin degradar el medio ambiente y la energía solar es una forma de ser autosuficiente”, menciona Cristina.

Inversión para largo plazo

Los fondos que se destinan para un proyecto fotovoltáico pueden durar hasta 20 años, tiempo en el que, básicamente se les da un mantenimiento de limpieza y revisión de la estructura donde reposan.

“Creo que los costos de los paneles han disminuido en un 50 % en comparación a cuando compré los primeros”, destaca.

Agrega que hace 20 años sus amigos y allegados se rieron de sus ideas. Incluso eran más caros hace siete años, cuando instaló los primeros paneles, pero ahora se sorprende de que su casa cuente con su propia fuente energética.

Agrega que en El Salvador, a diferencia de países europeos, por ejemplo, aún falta conocer mejor la tecnología solar para valorar sus beneficios y con eso, decidir instalar uno de estos equipos.