Empresas tecnológicas no están interesadas en El Salvador

El Salvador aún no recupera la confianza que perdió con Texas Instrument en la década de los 80 cuando cerró por la violencia e inestabilidad política. Desde esa fecha no llega una empresa similar.

descripción de la imagen
Texas Instrument elaboraba microprocesadores para todos los aparatos eléctricos en el mundo.

Por Karen Molina

05 December 2017

El Salvador no logra recuperar la confianza que depositaron reconocidas empresas de tecnología en el país como Texas Instrument porque sus condiciones de inseguridad e inestabilidad política se mantienen.

Hace más de 30 años esta empresa americana inició el despegue del desarrollo tecnológico en el país, pero cerró en 1985 tras una combinación de baja demanda del producto y el ambiente de guerra que vivía.

Esta empresa era uno de los tres mayores fabricantes de circuitos integrados, semiconductores y procesadores digitales a nivel mundial. Fue considerada el símbolo de la laboriosidad de los salvadoreños e insignia de la tecnología. Cuando cerró, unas 3,000 personas se quedaron sin trabajo lo que significó un trauma económico para el país.

Lo mismo pasó con Dataram Corp., otra empresa que fabricaba microchips para computadoras en una planta ubicada en San Bartolo. La empresa cerró de la noche a la mañana. La única planta que fábrica componentes electrónicos para la industria automotriz y las comunicaciones satelitales es AVX, una compañía estadounidense que ha estado en el país desde la década de los 80 y se ha mantenido a pesar de las condiciones económicas del país.

Pero desde los 80’s El Salvador no ha vuelto a atraer una empresa similar a estas compañías tecnológicas. “No tenemos nada que ofrecerles para que vengan. No están interesados”, asegura con tristeza la directora ejecutiva de la Cámara Americana de Comercio (AmCham), Carmen Aída Muñoz.

Muñoz lo explica con ejemplos: en 2010 hicieron gestiones para que una reconocida empresa de teléfonos fabricara todo su software en el país, pero tras varios intentos, la compañía no quiso instalarse.

Recientemente, otra compañía de taxis privados que llegó al país también estudió las condiciones para que se desarrollara una plataforma de aplicaciones y tampoco hubo interés.

Actualmente en la Cámara hay entre 18 y 20 empresas del rubro tecnológico, pero todas son empresas de servicios de mantenimiento que no tienen la magnitud de una compañía como lo fue en su tiempo Texas Instrument.

En Costa Rica Intel llegó en 1997. Abrió una planta que se convirtió en el vector más importante para la economía en los últimos años y que ha impulsado a que otras empresas tecnológicas lleguen a esa nación. “Ellos mejoraron mucho su índice de competitividad y educaron mucho a su población”, dijo Carmen Aída.

Educación

Pero una mano de obra calificada es lo que más falta en el país para que una empresa como Texas Instrument o Intel se instalen de nuevo aquí.

Rafael (Lito) Ibarra, quien trabajó como ingeniero en Texas Instrument y decidió quedarse en el país, asegura que si El Salvador quisiera retomar una empresa como Texas , tendría que comenzar desde lo básico, haciendo labores de ensamblaje, pues uno de sus excompañeros de trabajo en Estados Unidos le asegura que la tecnología ha avanzado tanto que sería difícil que El Salvador se ponga al corriente con rapidez.

“Para atraer a empresas de tecnología, el país tiene que preparar las condiciones, el clima de negocios, capacitar a sus jóvenes, pero a quí no saben lo que quieren”, afirma Carmen Aída.

“El sector tecnológico requiere de mano de obra especializada, universidades con pénsum actualizados, una base de ingenieros”, afirmó.

Entrevista: Lito Ibarra: “Si la Texas Instrument hubiera continuado, Intel se habría venido al país”

Para la profesional, lo ideal sería que el país le apostara a atraer una empresa ancla con la que después pueda hacerse un encadenamiento productivo. Sin embargo, lamenta que el Organismo Promotor de Exportaciones e Inversiones de El Salvador (Proesa) no tenga un agresivo plan para atraer a empresas de renombre y no genere las condiciones de inversión.

El ex ministro de Hacienda, Manuel Enrique Hinds, asegura que Texas Instrument fue un bus que dejamos pasar porque no se aprovechó el desarrollo que ésta traía.

Ahora que la tecnología ha avanzado tanto, es más difícil sumarse, pues según explica el ingeniero Rafael Ibarra, las capacidades que tendría que tener la población tendrían que ser muy altas.

Según Muñoz, la educación de los jóvenes tendría que especializarse mucho más.