Lito Ibarra: “Si la Texas Instrument hubiera continuado, Intel se habría venido al país”

Rafael fue uno de los dos salvadoreños que decidió quedarse en el país tras el cierre de la compañía en 1985.

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Rafael (Lito) Ibarra cree que es muy difícil que el país atraiga a una empresa como Texas Instrument.

Por Karen Molina

05 December 2017

Lito Ibarra trabajó varios años Texas Instrument, la empresa de fabricación de tecnología que se convirtió en un referente en Centroamérica, pero que salió del país por la violencia y las condiciones de inversión. En esta pequeña entrevista, Ibarra cuenta todo lo que se hacía en la compañía y la oportunidad que se dejó escapar.

¿Cómo era trabajar en Texas Instrument?

Texas Instrument estuvo en el país hasta 1985. Yo comencé a trabajar ahí en 1983 y llegué a ser jefe de sección de un área que se llamaba Mantenimiento de Equipo de Producción. Me tocaba darle mantenimiento a equipo muy sofisticado que probaban los circuitos integrados que fabricábamos acá. En ese entonces fabricábamos circuitos integrados, chips que son la base para todos los equipos electrónicos que conocemos hoy día.

Era un la más grande empresa de tecnología en el país?

Texas Instrument era y es (aunque quizá menos ya) una empresa de gran reputación, gran fama y prestigio a nivel internacional y tenía esta planta en El Salvador. Cubríamos la última parte de fabricación de los circuitos. Nos venía el waffle y luego se cortaba. Ese pedacito con miles de transistores lo poníamos en un máquina. Era miniatura. Jamás lo podía hacer cualquier persona a mano.

Era todo muy especializado?

Todo esto requería una alta especialización. El área en la que se probaban los circuitos, usaba unas máquinas basadas en computadoras que estaban en red y demandaba mucho conocimiento. Las mismas máquinas eran sumamente sofisticadas y había que darles mantenimiento.

¿Era difícil encontrar personal capacitado?

No tan difícil porque había talento, pero ahí en Texas Instrument la gente se terminaba de formar, se les daba cursos. Esos técnicos llegaron a tener unas competencias y habilidades muy valiosas y sumamente destacadas. Fue un auge del desarrollo de la tecnología aunque encerrado en una planta.

Muchos se fueron al exterior. ¿Qué dicen ellos ahora?

Años 15 o 20 años después, hablé con un excompañero que se fue a trabajar y le pregunté: ‘mirá, y no crees que se puede hacer algo así en el país otra vez?’. Y me respondió: No, la tecnología ha avanzado tanto que ya no es lo mismo. En aquel entonces, se podía, pero ahora ya no. Si Texas Instrument hubiera continuado aquí, por supuesto tendríamos mucha más gente desarrollada, capacitada y sin duda, Intel hubiera abierto aquí su planta porque sabía que quien se graduaba de Texas, podía trabaja ahí. A Costa Rica lo escogieron porque la calidad de la educación era mejor que la nuestra. Acá tuvimos esa mala suerte.

Por qué cerró la empresa?

En 1985, nos llamaron y nos dijeron: la Texas va a cerrar. A la mayoría de empleados. Yo me quedé trabajando 14 meses más. No fue por la violencia que cerró. Lo que pasó es que bajó la demanda a nivel mundial de los circuitos que producían. También cerraron otras empresas en otros países. Pero quizá, al ver que había un problema de guerra, decidieron cerrar la del país porque la demanda de producto bajó.