El líder empresarial de Honduras, Luis Napoleón Larach, está en Washington DC, para una visita conjunta con otros dirigentes de las cúpulas empresariales de Centroamérica para explicar la situación de los países, de cara a la relación y los objetivos para la región trazados por Estados Unidos.
Larach es el presidente del Consejo Hondureño de la Empresa Privada (COHEP), y en entrevista con El Diario de Hoy destaca los avances del vecino país en diferentes ámbitos para buscar el desarrollo que demanda el pueblo hondureño.
Señala como positivo el diálogo constructivo y fructífero que como sector privado tienen con el gobierno del presidente Juan Orlando Hernández, y de como los aportes mutuos han servido para revertir los indicadores negativos que hace unos años ponían a Honduras en los estrados más críticos de inseguridad y falta de oportunidades.
Valora los aportes de la cooperación estadounidense con el Plan Alianza para la Prosperidad del Triángulo Norte de Centroamérica, cuya dotación inicial es de $650 millones de dólares y la capitalización de inversiones conjuntas con el sector privado de su país.
¿Cual es la importancia de esta visita a Washington en su calidad de representante del sector privado de Honduras?
Estamos tratando esta vez en conjunto con todos los presidentes de las cúpulas empresariales de Centroamérica hacer una visita de cortesía a diferentes organizaciones e instituciones del gobierno de los Estados Unidos, donde estamos trabajando en conjunto para el Plan de la Alianza para la Prosperidad del Triángulo Norte. Recordemos que cuando se habla del Triángulo Norte es el inicio de un plan (Guatemala, Honduras y El Salvador), que pero incluye al resto de los países, inclusive México, Belice, y el resto de los países de Centroamérica.
¿Cómo una forma de un abordaje consensuado de la región?
Si estamos viendo en principio los temas comunes que nos unen, problemas sobre los que tenemos que buscar soluciones en conjunto para trabajar, en lugar de hacer un muro como se ha hablado con el tema de la migración, que nos preocupa a todos porque esa migración tiene un costo altísimo también para nuestros países, que va desde la desintegración familiar y los problemas que derivan en la inseguridad ciudadana, entre otros.
¿Qué receptividad han sentido a su mensaje unificado como sector privado centroamericano?
Es muy bueno, hay una plena conciencia a nivel del sector privado de nuestros países así como a nivel de gobierno de Estados Unidos de que la mejor manera para enfrentar los problemas en la región es a través de la generación de oportunidades. Entonces el reto es cómo fortalecer esas bases económicas para generar oportunidades para nuestra población. No hay mejor programa social o asistencia social que el empleo digno y sostenible.
¿Cuánto puede capitalizar el sector privado la inyección de los $650 millones de dólares de donación de Estados Unidos para Honduras, Guatemala y El Salvador en el plan del Triángulo Norte?
En lo particular le puedo hablar de Honduras, nosotros estamos desarrollando un programa en conjunto con el gobierno, no solamente participamos en las mesas de trabajo y en la toma de decisiones consensuadas, sino también estamos aportando prácticamente el 50 por ciento de los recursos necesarios para poder desarrollar este programa, y también paralelamente estamos invirtiendo en programas de desarrollo de vivienda, programas de agricultura y todos aquello que se requiera para generar oportunidades a nuestra gente a través de la inversión. Son programas que no son donaciones, son programas auto sostenibles que generan una rentabilidad, pero esa rentabilidad se reinvierte para continuar generando empleo y desarrollo.
Hemos visto elogios de altos cargos del gobierno de EE.UU. a los avances de su país, luego de la inestabilidad política en 2009. ¿Cuán sólido es ese avance?
Por primera vez tuvimos inestabilidad política en el año 2009, luego de ser un país muy estable en el plano político, pero tuvimos esos sucesos; sin embargo, henos recuperado bastante espacio en ese sentido y estamos próximos a un nuevo proceso electoral el 26 de noviembre, y esperamos que se lleve como una verdadera fiesta cívica, con paz y tranquilidad, como norma de la democracia.
¿Y en materia económica hay suficientes avances?
La parte económica es un buen indicador, en nuestro caso ha venido creciendo arriba de las estimaciones que se habían proyectado para este año, considerando que este es un año político, es atípico porque normalmente hasta en Estados Unidos cuando se acerca un proceso electoral las inversiones se estancan, pero este no es el caso de Honduras donde teníamos proyectado crecer un 3.6 por ciento sobre el PIB (Productor Interno Bruto), pero vamos a superar el 4.1 por ciento eso indica que aún en un año electoral seguimos creciendo, y esperamos continuar así.
¿Y con el tema de seguridad?
Nos mencionaban a los hondureños como si era uno de los países más violentos del mundo, San Pedro Sula una de las ciudades más peligrosas, lo cual nunca fue cierto, pero le puedo asegurar que los niveles de inseguridad que se estaban viviendo unos años atrás se han revertido completamente, no es un paraíso todavía, pero hemos logrado revertir esas tendencia negativa en más de un 50 por ciento en comparación con los niveles que teníamos anteriormente.
Sobre eso también recibieron halagos en Washington.
Si, el mismo EE.UU. nos ha calificado como “El milagro hondureño”, porque nuestras autoridades y los operadores de justicia están haciendo un excelente trabajo.