El comercio automotriz detrás de los carros usados

Miles de dólares se mueven a diario en las ventas de repuestos y talleres que se nutren de la importación de vehículos usados. Solo el año pasado se estima que entraron al país unos 44 mil autos más.

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Por El Diario de Hoy

31 July 2017

La importación de vehículos usados ha creado una enorme industria automotriz alrededor de ellos.

Solo en 2016 ingresaron al país unos 44 mil vehículos usados, que en su mayoría vienen chocados o con desperfectos mecánicos, según las estadísticas de la Dirección General de Aduanas.

Por cada uno de ellos se genera un fuerte movimiento comercial que involucra a mecánicos y negocios de repuestos originales y genéricos, formales e informales, que mueven cientos de miles de dólares para la economía nacional.

Los datos del Banco Central de Reserva dan solo una pequeña muestra de todo el dinero que se mueve en torno a la reparación de los vehículos usados.

En 2016 el país importó $63.6 millones en partes y accesorios para vehículos entre los que se cuentan parachoques (bómper), cinturones de seguridad, frenos, cajas de cambio, radiadores, silenciadores y más.

Y eso sin contar los otros $697 mil que se importaron en concepto de carrocería para vehículos.

En lo que va del año el país ha importado unos $20 millones en repuestos automotrices.

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Y en cuanto a la importación de vehículos usados, los datos oficiales indican que su compra dejó al país un aproximado de $97 millones.

En la Asamblea Legislativa se discute, actualmente, una reforma de ley que reduciría de ocho a siete los años mínimos de importación de vehículos usados, una noticia que no le agrada ni a los importadores de vehículos usados ni a los importadores de repuestos.

Alejandro Mohor, presidente de la Asociación de Importadores de Vehículos Usados (Aseiva), asegura que este tipo de regulaciones, lejos de mejorar la economía, la perjudica, pues afectan a cientos de salvadoreños que compran, venden y reparan vehículos usados cada día y con lo cual, generan impuestos al Estado y más puestos de trabajo.

“Este mercado se mueve solo y está cambiando constantemente”, dijo Mohor.

Antes, los importadores compraban los vehículos en las subastas de Estados Unidos, los traían y los reparaban para luego venderlos.

Ahora el ciudadano no necesita ningún intermediario. Compra los vehículos chocados directamente del recinto y luego ellos lo llevan al taller de su confianza y lo repara de acuerdo a sus posibilidades económicas.

El gran dilema del país: ¿más carros en las calles?

Para nadie es un secreto que las calles de San Salvador se han quedado chicas para la cantidad de vehículos que circula a diario.

Los datos del Viceministerio de Transporte indican que 2016 cerró con un parque vehicular superior al millón de automotores. Solo en 2016 se registraron 41 mil 958 vehículos livianos más y otros 1,232 autobuses para transporte público, entre nuevos y usados.

El gran dilema para el país es si abre las puertas a más vehículos o si los reduce. De acuerdo con Alejandro Mohor, el aumento en la importación de vehículos usados se debe a diversos factores: uno, la inseguridad. La gente ahorra para comprar un vehículo de $3 mil a $6 mil antes que exponerse a la delincuencia que afecta al transporte público.

Otro de los motivos es la facilidad con la que se adquiere un carro en el país. Estos se venden con mucha facilidad en cualquier lugar. Los hay de todos los precios y muchos de ellos son accesibles para una familia de clase media.

El presidente de la Sociedad de Comerciantes e Industriales de El Salvador, Víctor Rodríguez, asegura que, aunque es cierto que la importación de carros usados genera dinamismo en la economía, también reconoce que ha saturado las calles y genera un efecto inverso en la economía.

“Las calles se saturan y se pierde productividad por el tráfico que está a todas horas”, señaló.

Rodríguez señaló que el país necesita discutir mucho más el tema y considerarlo desde las dos ópticas.