Menos oportunidades para atraer inversión privada turística, de implementar proyectos futuros de gran envergadura y un freno al desarrollo y competitividad empresarial de la zona costero marina, son algunas de las consecuencias negativas que el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) asegura que tendría El Salvador si no ejecuta el proyecto del Corredor Pacífico Mesoamericano.
Asimismo, estima que de no ejecutarse ese proyecto no se podrían reducir los costos y tiempo de tránsito de personas y mercancías en las fronteras.
Por eso, la entidad financiera urgió este miércoles a los legisladores a no desaprovechar la oportunidad, pues la última prórroga para que la Asamblea Legislativa ratifique el préstamo de $115 millones, otorgado por el BID en diciembre de 2013, vence este próximo 14 de julio.
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“Si no se ratifica para el 14 de julio, el Banco tendrá que cancelarlo. Se perderá un esfuerzo importante pero lo más importante es que se van a limitar oportunidades de atraer inversiones en el rubro de turismo”, advirtió la representante del BID en El Salvador, Carmiña Moreno.
Si no se ratifica, el BID estima que dejarían de ejecutarse entre $50 y $300 millones en inversión privada (basado en proyecciones del Ministerio de Turismo y el efecto multiplicador de inversión pública), y no se concretarían los 14,000 empleos proyectados y, además, se desaprovecharían otras obras de infraestructura como el programa de Corredores Productivos ($40 millones) y el de Desarrollo Turístico de la Franja Costero Marina ($25 millones).
El Corredor Pacífico Mesoamericano en El Salvador proyecta construir dos tramos de carretera, una que viene de Zacatecoluca hasta el puente del río Lempa (que conectará con la infraestructura vial financiada por Fomilenio II, que conecta el municipio con el aeropuerto) ; y el otro, el que desemboca en el puerto de La Unión y la frontera El Amatillo, conectando la zona oriental con Honduras.
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Moreno explicó que este programa tendría un impacto en tres áreas específicas: la mejora del desempeño logístico, el desarrollo del sector turístico de la región y la competitividad de las empresas que están ubicadas al rededor de esta intervención y que integran los encadenamientos productivos de la franja costero marina del país. “Es una oportunidad importante para el país, sobre todo cuando hay tanta demanda por recursos y ya se hicieron esfuerzos para preparar el proyecto”, dijo.
El especialista de Transporte del BID, Carlos Morán, recordó que en el Índice de Desempeño Logístico 2016, El Salvador cayó 19 posiciones principalmente por sus problemas de eficiencia en el proceso de despacho en controles fronterizos y de aduanas, la calidad de infraestructura para el comercio y transporte y la incompetencia de los servicios logísticos. Por eso, “la no ratificación pone en riesgo el desarrollo económico y social del país”, sentenció Morán.