El Salvador sin un plan nacional para el corredor seco

Los líderes agrícolas señalan que los gobiernos no le han dado prioridad a los impactos que se sufren debido a la sequía. Guatemala, El Salvador, Honduras y Nicaragua son los que sufren en mayor medida los embates del cambio climático.

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Las pérdidas por la sequía afectan sobre todo cultivos de granos básicos como maíz y frijol. Foto EDH / Archivo.

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15 April 2019

Los agricultores temen que este año impacte de nuevo la sequía y les preocupa que El Salvador no cuente con un plan nacional para combatirla.

En 2018 el fenómeno de El Niño hizo estragos en las milpas, ya que en muchas zonas pasaron hasta 42 días sin lluvia, lo que ocasionó pérdidas millonarias para los agricultores y redujo la producción de maíz a 14 millones de quintales, cuando se proyectaban 19.

Hubo pérdida total y parcial de cultivos en todo el corredor seco, lo significó no solo endeudamiento para los agricultores, sino crisis alimentaria, ya que los agricultores de subsistencia y sus familias no pudieron consumir ni almacenar suficientes alimentos para los meses venideros.

El maíz y los frijoles, fueron los cultivos más afectados. Los primeros por la sequía, los segundos por las constantes lluvias que se precipitaron en el último trimestre del año debido al fenómeno de La Niña.

La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, FAO, informó en ese momento que “los gobiernos de Guatemala, El Salvador y Honduras reportaron pérdidas de 281,000 hectáreas de estos cultivos, de los cuales depende la seguridad alimentaria y la nutrición de 2.1 millones de personas”.

En ese periodo, entre julio y agosto de 2018, el gobierno de Honduras declaró la emergencia en el Corredor Seco, en donde se estima que un 82% de los cultivos de maíz y frijol se perdieron, mientras que el gobierno de El Salvador declaró alerta roja el 23 de julio, en 143 municipios con pérdidas en la producción de maíz a causa de la sequía meteorológica.

Pero esta afectación no fue nueva, solo habían pasado cuatro años de la sequía que se vivió en 2014 cuando se registraron dos períodos secos que dañaron las cosechas.

El primero fue de intensidad débil, del 28 de junio al 2 de julio, cinco días secos consecutivos.

El segundo fue de intensidad fuerte, del 4 de julio al 3 de agosto, con máximo de 31 días secos consecutivos en el sur del departamento de La Unión.

La sequía se presentó en todo el país y las zonas más impactadas fueron la oriental, seguida de la franja costera, entre los departamentos de La Unión y La Paz, así como el noroccidente del país.

Al sumar los días secos de los eventos descritos, totalizan en el departamento de La Unión un máximo de 35 días no consecutivos sin lluvia, según registros del Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales.

Pero a pesar de estas afectaciones , que cada vez más el cambio climático genera incertidumbre sobre el comportamiento de los ciclos y que existe una propensión de sufrir constantemente las afectaciones por los fenómenos de El Niño y La Niña, El Salvador es el único país de Centroamérica que no cuenta con un plan nacional para combatir los impactos de la sequía.

Esto último es una situación que preocupa a los agricultores, quienes señalan que los gobiernos no han dado prioridad a este tema que es vital para la seguridad alimentaria y la economía del país.

“Necesitamos que haya un Plan Nacional del Corredor Seco, pero ningún gobierno se ha interesado”, expresó Mateo Rendón de la Mesa Agropecuaria Rural de la Agricultura.

“Dentro de un proyecto del Corredor Seco tendría que implementarse sistemas de riego, reforestación, protección al suelo, protección a las cuencas de agua, pero lastimosamente no hemos tenido apoyo de los gobiernos”, añadió.

Rendón señaló que es necesario que se hagan reservorios en las diferentes zonas, más que todo en la franja desde La Unión hasta Ahuachapán, que abarca más de 140 municipios que son los más afectados cuando no llueve.

Por su parte Luis Treminio, presidente de la Asociación Cámara Salvadoreña de Pequeños y Medianos Productores Agropecuarios (Campo) , dijo que siempre existe la incertidumbre de si será o no un buen invierno, y es necesario que el país implemente un plan nacional y no solo salga al paso cada vez que vienen las afectaciones climáticas.

Por el momento los agricultores confían en que el fondo para el Reclima $127 millones aprobados, y a los que el Fondo Verde para el Clima aportará $35.8 millones, mientras que el gobierno de El Salvador y el Fondo de la Iniciativa para las Américas (FIAES) darán $91.8 millones, sea aprovechado.

El objetivo del proyecto es trabajar con un tercio de la población más vulnerable al cambio climático en el corredor seco de El Salvador, para prevenir los impactos de las sequías severas, inundaciones y tormentas tropicales.

El corredor seco centroamericano

Es una zona de bosque tropical seco de 156 millones de kilómetros cuadrados que se extiende desde la costa occidental de Chiapas (México) hasta el oeste de Panamá.

Guatemala, El Salvador, Honduras y Nicaragua son los países que sufren en mayor medida los embates del cambio climático, reportando una reducción entre el 30 y el 40 por ciento en los niveles de precipitación durante el fenómeno de “El Niño”, y donde las tormentas tropicales desencadenan efectos devastadores en las actividades productivas.

En este territorio, la agricultura juega un papel clave al emplear a un 42 % de la población en la cadena alimentaria.

Sin embargo, la zona está altamente afectada por las condiciones climáticas, el mal manejo de los recursos naturales, el alto desempleo y la baja escolaridad de sus habitantes.