Cambio climático amenazará el café de bajío a partir del año 2020

Si no se realizan acciones para que los suelos tengan capacidad de absorción de agua los cafetales pueden desaparecer en 2050, según el CRS y el CIAT

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La aprobación del préstamo se logró tras un año de negociaciones y retrasos. Ahora el sector cafetalero deberá aprovechar al máximo los recursos para cumplir las metas. Foto EDH / archivo

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14 December 2018

Un análisis sobre como incide el fenómeno del cambio climático en el cultivo y la producción de café concluye que si no se toman medidas para proteger los suelos de los bosques del país, podría conllevar que el café de bajío desaparezca y que, en 2050, se pierdan casi el 95% de las hectáreas de cultivo del grano, lo cual incidirá en la capacidad de retención de agua de diferentes cuencas hídricas.

Sin embargo este escenario podría revertirse ya que, según el Catholic Relief Services (CRS) y el Centro Internacional de Agricultura Tropical (CIAT) después del rebrote de roya que sufrió el café salvadoreño entre 2011 y 2013 se han hecho múltiples esfuerzos por renovar el parque cafetalero, aunque aún se necesita más trabajo para recuperar la calidad del suelo y favorecer la absorción acuífera.

En este punto la investigación asegura que los suelos más bajos se han vuelto “más calientes” y que históricamente los cafetales que están entre los 600 y los 1,000 metros sobre el nivel del mar sirven para contener y absorber lluvia durante el invierno, evitando las inundaciones y contribuyendo a que los cafetales de media altura y estricta altura tengan condiciones más favorables.

Raúl Arévalo, oficial de cadena de valor del proyecto Cosecha Azul (que es apoyado por el CRS), considera que la única manera de frenar esta posibilidad es generando “microclimas” en las zonas de café, aunque esto pasa por crear zanjas para que se acumule el agua, apostar por sistemas de captación, aprovechar la hojarasca y realizar siembras de cultivos, tanto de sobra como a nivel de suelo.

“Si queremos evitar un mayor impacto del cambio climático sobre el cafe es fundamental volver al origen del café y recuperar la calidad de suelo, la tierra ha perdido su capacidad de captación y retención y eso debe de empezar con las zonas de café de bajío, porque desde ahí se inicia todo el proceso de rejuvenecimiento, todo pasa por un suelo más saludable”, explicó Arévalo.

El especialista del proyecto recordó que si no se inician a corto plazo los planes de recuperación para 2050 solo se contará con áreas de cultivo concentradas entre 1,200 y 1,800 metros sobre el nivel del mar, y se puede perder hasta el 90% de las hectáreas que actualmente representan los bosques agroforestales del país, dominados por el grano.

Por ello Holly Inurreta, representante en El Salvador de CRS, recordó que el objetivo final de la recuperación del suelo es reducir el estrés hídrico del país ya que, a nivel regional, nueve millones de personas dependen del café para lograr el acceso al agua potable, sobre todo en las zonas rurales.

“Hoy todos los programas de la agricultura y la ganadería, incluyendo el café, deben de tener como la base la restauración de los suelos y el manejo sostenible y responsable del agua, este es el único camino para mejorar el entorno ambiental y aumentar la productividad y el rendimiento, lo cual incide positivamente en los ingresos”, agregó la titular de CRS.

Datos de estas organizaciones, citados en el estudio sobre cambio climático y café, calculan que en el país hay 518,860 hectáreas para cultivo de café. De estas las más idóneas se encuentran en Ahuachapán, Sonsonate, La Libertad, Chalatenango y Morazán, departamento donde CRS y el proyecto azul han tenido éxito, en el municipio de Osicala, con 11,455 personas beneficiadas de diferentes asociaciones y cooperativas.

“Ahí hemos aplicado las técnicas de rehabilitación de suelos sin romper la rentabilidad, la seguridad alimentaria y la gestión del agua, aplicando tecnologías de gestión hídrica , apostándole a la resistencia del árbol y dándole calidad al producto en la corta, venta en el beneficio y el tostado”, añadió Arévalo, quien dijo que gracias al cambio del modelo, luego de la roya, se ha logrado colocar café, con taza de excelencia, en mercados internacionales de Japón e Inglaterra.

Un aspecto que se debe de tomar en cuenta es como la sequía no permitió en esta cosecha que el grano lograra una maduración oportuna, aunque esto, según Arévalo, se puede corregir si se usan más arboles frutales que permitan un clima más benigno para compensar la falta de agua.

Pese a este panorama los expertos siguen viendo una tendencia de reemplazo en diferentes áreas de café con ganado y maíz e incluso realizando lotificaciones sin control, afectando las salud, la funcionalidad de las cuencas hídricas y desgastando más las vocaciones de los suelos y no aprovechando los nutrientes de la tierra.

Las instituciones consideran clave que estos temas sean una clara política de gobierno para recuperar el parque cafetalero nacional.