Salvadoreños frente a un nuevo limbo de perder el TPS

El riesgo de que miles de niños nacidos en Estados Unidos terminen separados de sus padres salvadoreños es una de las principales secuelas que podrían darse si se cancela el TPS.

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Las comunidades de beneficiarios del TPS se han unido para pedir que no se cancele la protección.

Por Xenia González Oliva

08 January 2018

Si el Departamento de Seguridad Nacional (DHS, por sus siglas en inglés) cancela el programa de Estatus de Protección Temporal (TPS) para El Salvador, los 195,000 salvadoreños beneficiarios podrían tener que tomar una decisión: quedarse en Estados Unidos, con el riesgo constante de ser deportados, sin documentos legales para trabajar, o tener que retornar a un país, donde se viven condiciones similares a las que los obligaron a emigrar. Además, deberán elegir entre dejar a sus hijos nacidos en Estados Unidos a cargo de otras personas o traerlos consigo a El Salvador, un país donde niños y adolescentes viven bajo la amenaza y el acoso de las pandillas.

Lo último es una de las principales inquietudes de la comunidad. ¿Qué puede pasar con las familias y niños menores nacidos en Estados Unidos, si el TPS es suspendido? En total, hay 192,700 hijos de salvadoreños con TPS nacidos en dicho país.

El mismo canciller de El Salvador, Hugo Martínez, sostiene que cualquier decisión que se tome para finalizar el programa podría significar romper las familias de salvadoreños en Estados Unidos. “Una de nuestras apuestas es no permitir que haya una separación familiar, sobre todo a los menores”, aseguraba días antes de que se anunciara la decisión.



Irma Flores, una salvadoreña beneficiaria del TPS que trabaja dando apoyo y asesorías a los inmigrantes hispanos en la alcaldía de Somerville, en Massachusetts, explica que en el caso de todos los menores de edad, aunque no sean ciudadanos americanos, el Estado toma posesión de ellos si se quedan sin sus padres, como ocurriría si son deportados. Los ubica en hogares sustitutos o familias temporales y, posteriormente, pueden pasar a un proceso de adopción. Flores señala que, aunque no quieren alarmar a la población, buscan iniciar una campaña sobre cómo se pueden preparar los salvadoreños en el caso de que tengan que enfrentar esta situación.

“Queremos hacer eso con las familias porque es peor el impacto si no dejan a una persona asignada para los niños, la escuela tendría que reportar que el niño queda sin padres, el Estado los reclama… es un proceso complejo. Tendría un impacto para los niños”. Esto es en caso en que ninguno de los padres pueda quedarse en Estados Unidos.

Al mismo tiempo, si los padres deciden retornar y traer a sus hijos a El Salvador, en la alcaldía de Somerville están elaborando una carta modelo con la que los padres podrán autorizar para que los niños viajen fuera de Estados Unidos. Los niños también deben tener sus pasaportes salvadoreños, si no tienen la nacionalidad.

Además de lo concerniente a la familia, los salvadoreños con TPS deben proteger sus inversiones. “Alguien que sea propietario de casa debe dejar en orden todo eso, si no van a perder su casa, su trabajo de años”, dice Flores. En este caso es aún más difícil, ya que al perder sus documentos, los salvadoreños que tenían TPS perderán sus empleos y tendrá que buscar un trabajo con un salario menor. Al no tener la capacidad de pago, comenzará un círculo vicioso con muchos embargos de viviendas y hacinamiento de familias. Flores ha visto casos en los que hay tres familias compartiendo un solo apartamento, ya que no cuentan con los ingresos necesarios. “Todo eso va a tener su impacto a nivel socieconómico, local y nacional”.

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¿Qué alternativas hay y dónde buscar ayuda?

En el caso de Somerville, Massachusetts, que es una ciudad santuario, se realizan clínicas sobre TPS para que las personas consulten si existen posibilidades de aplicar a otros programas o si pueden llegar a calificar a la residencia legal. Flores agrega que los habitantes de otras ciudades o estados pueden buscar organizaciones comunitarias e iglesias que están dando mucho apoyo con el tema de TPS.

Hasta la fecha, desde la red consular de Cancillería se ha logrado atender a más de cinco mil personas con asesoría migratoria especializada. Pero cada uno de estos procesos se debe revisar caso por caso. Martínez asegura que toda la red consular y números de consulta están a la orden de la población salvadoreña con TPS.


¿Dónde viven los salvadoreños con TPS?


Sin embargo, frente a la posible desesperación e incertidumbre que estén enfrentando, hay riesgo de que los salvadoreños beneficiarios del TPS caigan en manos de estafadores. Óscar Chacón, director de Alianza Américas, expone que hay abogados inescrupulosos y notarios públicos que se aprovechan de la gente, ofreciéndoles soluciones que no existen a cambio de dinero.

Chacón explica que, por ejemplo, aunque tengan un hijo que sea ciudadano estadounidense, este no puede pedir una residencia permanente para sus padres a menos que tenga 21 años. Aun así, debe demostrar que puede sostener económicamente a esta persona y este es un proceso que puede llevar varios años.

Flores añade que hay que tener cuidado con los notarios públicos en Estados Unidos, ya que no son abogados, y a veces no tienen el conocimiento necesario para realizar procesos migratorios. Además, advierte que no se debe confiar en consejos como el de “aplicar a la famosa ley de los 10 años”, que consiste en ponerse en riesgo de deportación si tiene más de 10 años de vivir en Estados Unidos. Pues aunque dicho proceso pudiera haber funcionado en algunos casos, no es garantía de que funcionará siempre.