Profesor: “Es recurrente en escuelas que los niños y jóvenes están presionando a otro para que le dé dinero”

El profesor Paz Zetino Gutiérrez sostiene que el acoso escolar es un problema que se debe atender desde la familia.

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04 July 2018

Aunque los pedagogos coinciden que el tema del acoso entre estudiantes o bullying, como se denomina en inglés, es un tema antiguo, a criterio del profesor Paz Zetino Gutiérrez, y en El Salvador el fenómeno se ha vuelto complejo debido a la falta de interés de los padres y la violencia.

Zetino Gutiérrez, quien lleva 34 ejerciendo la docencia y 14 años como subdirector del Complejo Educativo Walter Soundy, de Santa Tecla, explica que el acoso escolar está presente en todas las instituciones educativas y trae consecuencias de todo tipo en quienes la sufren: psicológicas, físicas, hoy en día de forma más marcada patrimoniales, considerando que los alumnos están sometidos a la extorsión.

“Eso es muy recurrente en las escuelas, que los niños y jóvenes de toda edad están presionando a otro para que le dé dinero…”, sostiene.

El educador, quien califica al acoso como “un hostigamiento sistemático”, advierte como en otros países, tal es el caso de Estados Unidos, la situación se ha desbordado al punto que algunos casos los tiroteos en escuelas, según las informaciones, han estado relacionados con el malestar de algún alumno afectado por esta situación.

Según explica, si bien los profesores hacen su parte para prevenir este tipo de conductas en los centros educativos, el problema no se resolverá mientras los padres no asuman responsabilidad sobre la formación de sus hijos.

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Con ello el profesor Paz Zetino Gutiérrez, encargado de la disciplina en su escuela, se refiere al hecho de que los tutores o encargados no se esfuerzan por forjar valores de solidaridad, de respeto en los niños y adolescentes, y tampoco los orientan sobre aquellos aspectos de su vida o de sus características físicas que los pueden hacer vulnerables ante sus compañeros, ni la forma correcta en que ellos deben reaccionar ante esas situaciones, inculcarles seguridad en sí mismos.

“Nosotros los maestros siempre insistimos en eso: vas a llamar a tus compañeros por su nombre, los vas a respetar. Hacemos bastante trabajo preventivo y disuasivo sobre eso, pero (como sociedad) no estamos abordando el tema con toda la magnitud que debería porque los padres de familia no nos están colaborando como quisiéramos”, subraya.

Insiste en que si alguien hostiga a sus compañeros lógicamente es el resultado de la falta de formación de valores en su hogar.

“Estamos hartos de escuchar a los padres, a las madres que nos digan que ellos no atienden a sus hijos porque trabajan, como que nosotros estuviéramos en la escuela vagando. Cuando escucho que me dicen que no los atienden porque trabajan entonces yo les digo usted no debió ser padre, no debió ser madre, porque hay una responsabilidad desde el momento que se va a concebir”, afirmó.

El profesor Zetino Gutiérrez sostiene que “el fenómeno del bullying se está generalizando más por la misma situación de violencia social que tenemos”.

Hoy por hoy, afirma el subdirector, este problema tiene que ver con jóvenes que empiezan a hostigar a otros por el lugar de residencia, a raíz de que los pandilleros se han distribuido territorios en las comunidades, barrios y colonias.

De hecho reconoce que en la institución educativa donde labora ya se han dado casos de muchachos que han sido acosados debido al lugar donde viven, aunque la incidencia no es significativa, como ocurre en otros centros de enseñanza: “Hemos tenido alumnos que se han ido, y hasta que tienen los papeles en la mano nos han dicho que se van porque tienen acoso de los compañeros”.

El dirigente sindical subraya que la situación de acoso en cada escuela depende del control disciplinario que se logra ejercer dentro de ellas, de la permanencia de grupos pandilleriles en los alrededores, y del ambiente externo en general.

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“Nosotros siempre hemos dicho que todo problema, por muy difícil que sea, si lo abordamos de manera conjunta, familia, profesores y la autoridad, puede ser efectivo; lo que sucede es que usted no tiene mucho apoyo de los padres y de las madres que por ejemplo andan en violencia o delincuencia”, asegura.

Los esfuerzos por prevenir las expresiones de violencia en el Complejo Walter Soundy tienen ya cerca de cinco años, y pasan por contar con cursos para prevenir el uso de drogas y el ingreso a pandillas. “Se hace un esfuerzo por acercares a los estudiantes para que no vean en la Policía solo a un cuerpo represivo, sino que un cuerpo que tienen también la intención de ayudarles en lo que sea”.

De acuerdo a su experiencia, el profesor asegura que a través de estos programas de prevención los agentes logran detectar algunas cosas que los docentes no identifican.

Subraya que, dado el contexto de violencia en que vivimos, es necesario que el Ministerio de Educación (Mined) provea servicio de asistencia psicológica en la mayor parte de las instituciones educativas con miras a atender a los alumnos y facilitar el abordaje del acoso escolar.

“Yo no concibo que una escuela como en la que yo trabajo, donde hay 1,300 estudiantes desde Kinder hasta bachillerato, no se tenga un psicólogo. Eso es inconcebible. Nosotros no tenemos y aquí se necesitan por lo menos dos”, citó.