Ernesto Allwood justifica porqué los equipos no tienen estadios propios

El empresario, presidente de la Primera División desde diciembre pasado, charló a fondo con El Diario de Hoy sobre diversos temas de nuestro fútbol, desde Eduardo Lara hasta la Copa El Salvador

descripción de la imagen

Por Carlos López Vides | Twitter: @celvides

01 February 2018

“Nunca jugué fútbol. Yo jugaba básquetbol”. Así de honesto fue Ernesto Allwood en la plática de casi una hora con El Diario de Hoy, donde el presidente de la Primera División de Fútbol abordó varios problemas de fondo en nuestro deporte rey.

Aficionado albo desde los ocho años, y miembro de la dirigencia del equipo en los últimos 16 (en buena parte por su gran amistad con la familia Sol Meza), el empresario y licenciado en gerencia industrial sorprendió con declaraciones como el titular.

Canteras

EDH: En otros países, formar jugadores desde las fuerzas básicas es una industria, porque luego los venden a clubes en el exterior y recuperan la inversión. ¿Por qué aquí no?

Aquí sí hay canteras, tenemos Sub-17, Reservas y el equipo mayor. Se está planeando una Sub-15. El esfuerzo de los clubes sí se hace, pero la obligación de la formación debe de recaer en el fútbol aficionado, en las escuelas de fútbol. Ahí es donde se forman los jugadores, desde 8 o 10 años. Hay escuelas que proyectan mucho mejor a sus jugadores, y que los están potenciando cada vez más. Pero no es obligación de un club hacer esto.

Pero, ¿por qué vemos que los grandes clubes como Real Madrid, Boca, Bayern, Barcelona, etc., sí apuestan por la formación de jugadores desde edades tempranas?

Porque tienen los recursos.

Entonces es un tema de falta de recursos, no que el modelo no funciona.

Pero al final, en el equipo mayor (de esos clubes extranjeros) la mayoría de los jugadores no vienen de sus canteras.

Pero vienen formados de las canteras de otros equipos. Y los canteranos propios que no llegan al equipo mayor, los venden a otros clubes. Sí funciona, es una industria.

Pero el negocio ese no creo que sea tan bueno. De hecho, hemos tenido experiencias aquí, como FESA. ¿Cuántos jugadores hay (en ligas extranjeras)? ¿Y cuánto se ha gastado ahí? No, no es un negocio. El negocio debe ser que la formación de los jugadores comience en una etapa temprana a través de las escuelas de fútbol, colegios, en sus actividades deportivas, en intramuros y una serie de cosas que hay que trabajar. Pero lo tenemos que ver a nivel país, no sólo a nivel clubes. Si no, toda la responsabilidad es sólo para la Primera.

Sin embargo, en el área hay casos como Municipal de Guatemala, Saprissa de Costa Rica, etc. ¿Por qué ellos sí le están apostando a este modelo, con canteras? No es solo que se apoyan en la escuela de fútbol del barrio o cantón.

Pero sí lo hacen, ahí comienza. En todas partes comienza ahí, no comienza con el club. Los clubes llegan a buscar a estos jóvenes en las escuelas donde se están desarrollando, y dicen ‘hey, a este jugador me gustaría tenerlo aquí’. Y lo terminan de formar.

Eso, lo terminan de formar. Ese eslabón es el que le preguntamos, porque la Primera División no forma a ese nivel en todos sus equipos.

Ese eslabón existe, porque la Sub-17, la Sub-15, la Reserva, es eso. Pero eso pasa en Primera División. ¿Qué hace la Segunda? No tienen reservas ni Sub-17. ¿Y qué pasa con la Tercera? Tampoco tienen. Entonces, el bolado es que tenemos que hacerlo todos. Porque si sólo lo hace uno, no funciona.

¿Se están autodepurando las barras, entonces?

No es que se estén autodepurando, están identificando a las personas que les hacen quedar mal a ellos mismos.

Pongamos un ejemplo hipotético. Digamos que la misma barra del Audaz identifica a cinco tipos violentos en sus filas, y ponen carteles con sus rostros en el estadio, para que no los dejen pasar...

Eso es muy difícil. Si usted no ha hecho nada, que lo acusen de algo así nomás... yo puedo ir a poner una fotografía suya porque me cae mal, y decir que usted ya no entra a los estadios. Tenemos que tener mucho cuidado con las decisiones que se toman. Estoy seguro que en las aficiones más pequeñas también es mucho más fácil; pero cuando llegan 8 mil personas o 10 mil al estadio, tratar de identificar a una persona es bien difícil.