La idea de tirar todos para el mismo lado no corre en el fútbol salvadoreño. Definitivamente. Cada cual va por su lado. Desde la Federación hasta la Primera División tienen visiones antagónicas sobre el desarrollo del fútbol nacional.
Si al escándalo de la frustrada “Liga Paralela” le faltaba un nuevo capítulo, llegó desde la Fesfut, con la inhabilitación de los dirigentes de primera que encabezaron aquella rebelión: Pohl de Alianza, Morán de FAS, Campos de Metapán y se sumó Eliseo Juárez, gerente de la Primera.
Ni los propios dirigentes saben de qué se trata la sanción “¿Podré jugar esta noche FIFA en el Play Station con mi hijo o leer los deportes de El Diario de Hoy que solo hablan de fútbol?”, se preguntó en EDHdeportes, Campos, uno de los sancionados, que llamó “venganza infantil” la de la Fesfut.
“Off the record” se habla de intrigas, vendettas y envidias. De un lado y del otro las acusaciones son mutuas. Las heridas abiertas en el seno dirigencial están lejos de cicatrizar.
Mientras tanto, el resto de Centroamérica vive una primavera futbolística: Costa Rica y Panamá en el Mundial y Honduras está en el repechaje. De arrebato sacaron al “gigante” EE. UU. de Rusia 2018. Acá en El Salvador siguen las internas y la obsesión por el poder.