“Esta es una semilla que dura años y años si los salvadoreños lo sabemos aprovechar”, dijo el ministro de Turismo, José Napoleón Duarte, el 9 de julio de 2014, cuando fue inaugurado el Estadio de Fútbol Playa en el Centro Recreativo de Apulo, ubicado en el turicentro a las orillas del Lago de Ilopango.
Pasados casi tres años desde esas palabras, ¿se ha aprovechado este escenario deportivo, capaz de albergar a mil 500 personas y que cumple con los estándares de la FIFA? Hay un dato que ilustra: el lugar jamás ha recibido un torneo internacional, a pesar de que en esa inauguración se anunció que recibiría la Copa Centroamericana en octubre de 2014 y el Premundial de Concacaf de 2015.
“Estamos trabajando una octagonal, viene un equipo de Costa Rica invitado, el Escazú, y participan Barra de Santiago, Costa del Sol, Metalío, Universidad de El Salvador, Apulo, Conchalío y San Isidro”, comentó Martínez. Este evento será apoyado por la Fesfut.
El fútbol playa, entonces, sí se ha convertido en un factor que ha impactado en Apulo. No tanto por la Fesfut, Indes o ISTU directamente, sino por los mismos residentes del lugar. De todos los chicos que juegan ahí, a la par del Lago de Ilopango, ya surgió uno para entrenar con la Selecta Playera de Gallo, Rigoberto Flores, quien casi entra en la nómina final para jugar la última Copa Pílsener. Una señal: el estadio de Apulo debe ser más aprovechado. Hay promesas por cumplir.