En partido adelantado de la jornada 21, la penúltima de la fase regular, Limeño dio un pasito para lograr la clasificación, al rescatar el empate (2-2) ante Jocoro, que dos veces dejó escapar la ventaja. Limeño se queda en solitario en el octavo puesto, con 25 puntos. A la espera de lo que haga Pasaquina, que jugará el jueves ante Águila. Mientras los Fogoneros se quedan casi sin opciones para tratar de avanzar.
Por ser equipos vecinos y siendo el único partido del domingo, se esperaba una mejor asistencia de aficionados en el Ramón Flores Berrios. Además, por lo que estaba en juego (uno de los últimos cupos de Cuartos de final), se esperaba que el encuentro llamara más la atención.
No hubo barras organizadas, de ninguno de los dos equipos, tampoco instrumentos músicales. El mayor número de personas se concentró en el área de tribuna, la más cara para este partido ($10), la cual se llenó casi en su totalidad. Mientras que, en el sector popular, la mayoría se ubicó debajo de la ceiba, para resguardarse del fuerte sol.
Se percibió más presencia de aficionados del Jocoro, que por la obligación de obtener los tres puntos, fueron quienes tomaron la iniciativa en el partido. Nelson Ancheta dibujó un esquema 4-3-2-1, para contrarrestar el ataque de los santarroseños, pero al mismo tiempo proponer con idea, en el ataque.
Aunque no tenían mucha claridad, los fogoneros llegaron con más constancia. Limeño se mostró sorprendido por el planteamiento de los visitantes y les costó acomodarse en su cancha, donde habían salido con 4-4-2, en el que Clayvin Zúniga impulsó el juego delante de los locales, que buscaron reaccionar con un tiro de Christopher Galeas, que exigió a la estirada del portero Josué Coreas (25’).
En el segundo tiempo, las situaciones se emparejaron. Pero Limeño tuvo que arriesgar más para buscar empatar el partido. Llegó Otoniel Espinoza, por Galeas, para que los cucheros contaran con tres delanteros adelante.
Más tarde entró Yuvinni Salamanca para refrescar la mediacancha y adelantar líneas, aprovechando el espacio que le dio Jocoro, al retrasarse para aguantar el resultado y solo quedarse con el contragolpe.
Limeño insistía, pero tenía poca claridad. La desesperación fue creciendo, mientras no encontraban el gol, que estuvo cerca en dos oportunidades, con un cabezazo de Ruiz y el remate de Lizama, que ambos fueron rechazados por la defensa (71’).
Hasta que Espinoza se inventó una jugada, para dejar la marca de dos jugadores y meter un centro raso, que el defensor Portillo, convertido en un atacante más, se encontró la pelota y convirtió en el tanto del empate (74’).
Con este tanto, los locales volvieron a la vida y ahora se sentían más motivados para buscar la victoria, que los jocoreños, quienes eran los más obligados. Los minutos finales fueron de mucho dramatismo, que muchos, en las gradas, terminaron de pie y mordiéndose las uñas.